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  • J. Alejandro Rojas Luna

20 de abril de 2024, el punto más alto de la relación Interpol-México




El 5 de septiembre de 2005 ocurrió el primer concierto de Interpol en México, esto ante una audiencia de 7000 personas congregadas en el 'Salón Mexica' del World Trade Center (WTC) de la capital del país, recinto que incluso cimbró su piso por la euforia de la gente que iba a presenciar al cuarteto neoyorquino en ese entonces conformado por Paul Banks (voz y guitarra), Daniel Kessler (guitarra), Sam Fogarino (batería) y Carlos Dengler (bajo), quienes contaban con los discos Turn On The Bright Lights (2002) y Antics (2004), álbumes que adquirieron calidad cercana al culto, pues si bien no se trataba de una banda subterránea, sí había llegado en el momento justo cuando la etiqueta 'independiente' asumió mayor visibilidad.


2024: 19 años han transcurrido desde aquella primera presentación, tiempo en el cual la alineación años atrás se redujo a trío con la salida de Dengler, cinco discos de estudio más fueron grabados, y dentro de todo ese intervalo de tiempo Interpol ha realizado en México un total de 26 conciertos distribuidos entre presentaciones individuales, festivales, y ahora, un concierto gratuito, siendo éste su acto número 27, uno en donde 20 canciones conformaron la columna vertebral que congregó en el Zócalo de la Ciudad de México a una multitud calculada en 160 000 asistentes.

¿Qué hace que las personas quieran asistir a un concierto masivo que por su cualidad de gratuito trae consigo avanzar lentamente, recibir y dar empujones, perder incluso a la gente con quien se hizo el trayecto para llegar al lugar, sentir agobio y sofocación, escuchar la música con calidad irregular, tener visibilidad limitada si no se cuenta con la altura suficiente, escuchar voces por doquier que hablan acerca de cualquier cosa menos de lo que están viendo, porque incluso una gran cantidad ni siquiera conoce a la banda, viajar desde todos los puntos cardinales de la ciudad e incluso provenir de otros estados para poder llegar y ocupar una posición que no necesariamente será la ideal, porque la marea de gente es impredecible con su arrastre?

Con todo eso en cuenta, y más situaciones que cualquiera podrá agregar, como lo es el hecho de permanecer de pie durante varias horas, ¿por qué voluntariamente uno quiere padecer cuanto ocurre en un masivo? 

La respuesta es relativamente fácil: porque nadie más puede entender lo que las letras y música contenidas en canciones y discos significan para uno en momentos clave de la existencia. Nadie jamás comprenderá lo que representa escuchar una y otra vez canciones que llegaron en el momento oportuno y nunca se irán de la memoria y hasta habitan en el subconsciente, esto porque detonan emociones totalmente personales, aunque en el mejor de los casos habrá genuina identificación con determinado núcleo de individuos, ya sean familiares o amistades. Eso no será comprendido por nadie externo que lea la lista de canciones ejecutadas la noche del 20 de abril de 2024:


C'mere

Say Hello to the Angels

Narc

My Desire

Obstacle 1

Lights

Pioneer to the Falls

The Rover

All the Rage Back Home

Rest My Chemistry

PDA

Toni

Not Even Jail

NYC

Evil

Public Pervert

Slow Hands


Encore:


Untitled

No I in Threesome

Stella Was a Diver and She Was Always Down


... Bueno, hay una excepción, hay quienes sí podrán asimilar los efectos que la música y las letras logran ocasionar en quienes escuchan. Aquí una muestra de ello:



Quién iba a decir que 19 años después Interpol convocaría a 160 000 espectadores de todo tipo, pero que dentro de ellos hay quienes los han seguido toda su trayectoria. Nadie lo habría anticipado.


Por: J. Alejandro Rojas Luna

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