Pocas veces se tiene la oportunidad de crecer junto con tu banda favorita. Esa ha sido mi experiencia con Café Tacvba. Son uno de esos pocos artistas que supieron encontrar muy temprano en su carrera su propia voz y estilo y que hasta el día de hoy han logrado que estos evolucionen sin perder su identidad. Sin importar los ingredientes extra que le añadan a su música: una banda de viento, un dueto de son Huasteco o una orquesta sinfónica, su esencia se mantiene.
Este fin de semana concluyó una segunda vuelta del concierto acústico que dieron el año pasado, esta vez en 4 sesiones. El set list fue el mismo, los invitados especiales, también: la banda Bronces de Oaxaca, la Orquesta Sinfónica dirigida por Mario Santos y el dúo León Huasteco.
En redes hubo algunos fans que se quejaban justo de que no cambiaron ni una canción, “esperábamos que nos sorprendieran” escribían. Yo personalmente encontré paz en la consistencia y en la calidad, en poder comprobar que siguen disfrutando de su trabajo: Meme sigue bailando “Rarotonga” con convicción , Quique sigue haciendo girar su contrabajo en “La Locomotora”, Joselo aún sonríe conmovido cuando la sala se ilumina con la luz de los celulares en el interludio de “Volver a Comenzar” y Rubén aún predica su amor a la tierra y al agua en cada oportunidad, aunque cada año sea más complicado mantener la fe en la humanidad. La ofrenda en el escenario sigue, al igual que la energía y el agradecimiento por un trabajo bien hecho.
El viaje y hasta el escenario fueron los mismos, los viajeros no. Un año más viejos y ojalá más sabios, pero aún nos emocionamos con la energía de la adolescencia y algunos hasta brincan mientras le gritan “Ay, ay, ay” a la líder de los ex-molcajetes punk, otros abrazan a sus crías presentes en el concierto con el relato de las 9 lunas luego de las cuales nacieron flores nuevas, yo lloro mientras pienso en todo aquello que debería soltar, para poder hacer mi última mudanza más ligera.
“Vamos a cantar algunas de nuestras canciones viejitas…aunque ya todas nuestras canciones están viejitas” dijo Rubén. Y nosotros también.
Todo es lo mismo, pero nada es igual.
Y eso, está bien. Todo lo que fue volverá a ser y todo lo que es, dejará de ser.
Por: Ana Cristina Vera